Investigadores suizos han ideado un sistema que permite obtener de forma mínimamente invasiva pequeñas gotas del líquido cerebral situado entre las células neuronales y analizarlo para descubrir indicios de la degeneración que provoca enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. La química cerebral queda así desvelada para la medicina con una resolución sin precedentes. Investigadores suizos han desarrollado un sistema innovador que permite medidas neuroquímicas de nuestro cerebro. Consiste en reunir y analizar minúsculas gotas del líquido cerebral con la finalidad de obtener información para diagnosticar y tratar enfermedades degenerativas.
En neurología, la electricidad se usa con frecuencia para estimular y leer las señales del cerebro. Sin embargo, las reacciones químicas de nuestras neuronas a estos estímulos son poco conocidas.
Analizar adecuadamente estas reacciones permite obtener nuevos datos para conocer mejor los mecanismos cerebrales implicados en la degeneración cerebral que provoca enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
Según explica uno de los autores de esta investigación, Guillaume Petit-Pierre, en un comunicado, existen dos lecturas posibles de las neuronas: una eléctrica y otra química. La primera permite obtener información limitada, como la frecuencia o el ritmo que usan las neuronas para comunicarse.
La segunda lectura permite analizar las proteínas, los iones y neurotransmisores contenidos en el líquido intersticial, que es el líquido contenido en el intersticio, o espacio entre las células. Este líquido cerebral proporciona acceso a informaciones suplementarias, más allá de las neuronas, que permiten obtener una imagen global del metabolismo de los tejidos cerebrales.
Para conseguir ambas lecturas, los investigadores han desarrollado una herramienta capaz de reunir las reacciones neuroquímicas estableciendo una conexión eléctrica con los tejidos cerebrales.
Esta herramienta contiene micro-canales del ancho de medio cabello y electrodos, se coloca en el tejido cerebral y aspira el líquido intersticial. Los electrodos, situados en la parte exterior de la herramienta, quedan situados muy cerca del interfaz que aspira el líquido, lo que permite una medida muy precisa.
A su vez, los micro-canales permiten generar micro-gotas de este líquido que son muy pequeñas y concentradas. Estas gotas se crean directamente en la punta de la herramienta, lo que permite conservar una resolución temporal muy fuerte, necesaria para el análisis correcto de los datos.
A continuación, estas gotas se depositan sobre una plataforma de análisis desarrollada también por estos mismos investigadores y son vaporizadas con un láser, procediéndose entonces a analizar los residuos gaseosos resultantes.
Fuente: Tendencias21.net