Los secretos que rodean la creación de un agujero negro han sido desvelados durante la observación de una de las explosiones más poderosas del universo, los estallidos de rayos gamma. Las observaciones desvelaron algunas de las incógnitas sobre el proceso por el que una explosión de rayos gamma evoluciona a medida que una estrella moribunda colapsa para convertirse en un agujero negro.
Los estallidos de rayos gamma son unos de los eventos más enérgicos y explosivos del Universo. Son tan efímeros, desde unos pocos milisegundos hasta aproximadamente un minuto, que observarlos con precisión ha sido, hasta ahora, una tarea compleja.
Utilizando varios telescopios terrestres y espaciales, entre ellos el telescopio robótico MÁSTER-IAC, de la Universidad Estatal de Moscú, ubicado en el Observatorio del Teide (Tenerife), un equipo internacional liderado por la Universidad de Maryland (UMD), de Estados Unidos, y en la que han participado investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha observado con un detalle sin precedentes una de estas explosiones. Los resultados se publican en la revista Nature.
El evento, denominado GRB160625B, reveló detalles clave sobre la fase inicial de la explosión de rayos gamma y la evolución de los grandes chorros de materia y energía que se forman como resultado de la misma.
“Las ráfagas de rayos gamma son eventos catastróficos, relacionados con la explosión de estrellas masivas de unas 50 veces el tamaño de nuestro sol”, explica Eleonora Troja, investigadora en el Departamento de Astronomía de la UMD y autora principal del estudio.
“Si clasificamos todas las explosiones del Universo según su energía, los estallidos de rayos gamma estarían justo detrás del Big Bang. En cuestión de segundos, el proceso puede emitir tanta energía como el Sol en toda su vida. Por ello, nos interesa mucho conocer cómo suceden estos fenómenos”.
Las observaciones desvelaron algunas de las incógnitas sobre el proceso por el que una explosión de rayos gamma evoluciona a medida que una estrella moribunda colapsa para convertirse en un agujero negro.
En primer lugar, los datos sugieren que el agujero negro produce un fuerte campo magnético que inicialmente gobierna los chorros de emisión de energía. Después, cuando el campo magnético disminuye, la materia toma el control y comienza a dominar los chorros.
La mayoría de especialistas en rayos gamma sostenían que los chorros se regían por la materia o por el campo magnético, pero no por ambos. Ahora, los resultados de esta investigación, publicados mañana en la revista Nature, sugieren que ambos factores juegan un papel fundamental.
Fuente: tendencias21.net